¿Será esto una crítica del vício?: “Tengo mucho vicio, es un hecho. Un día tuve un orgasmo en el Museo del Prado. Estaba muy embriagada de polvo blanco y al doblar una esquina me encontré con El paso de la laguna Estigia, de Joaquín de Patinir. No sabía que esta joya vivía en Madrid. Fue un encuentro muy romántico e inolvidable. Me gusta pensar que cada vez que vuelvo a la capital me espera impaciente, como yo a ella…”.