Cuando Carmen Rico-Godoy desenfunda su Neurona iconoclasta, los objetivos de sus reflexiones se echan a temblar. Los hombres, las relaciones de pareja, el trabajo, las vacaciones, la familia, el tráfico, el tabaco, la fiebre del deporte... Todos pasan por el filtro del humor más ácido y certero y acaban convertidos en retratos disparatados en los que se cuelan, ay, verdades como puños. Son cerca de setenta escenas que te harán reír y pensar.