Galla tiene catorce años, adora a su madre, a su hermana pequeña Antonnella y a su perra Daisy, y su mayor anhelo es salvarlas de la vida. ¿Sería más preciso decir: salvarlas de la vida en esa granja encenagada en el corazón de las marismas donde cosechas, animales y personas se echan a perder? ¿Salvarlas de su padre, un hombre que no habla, que no ve, que solo golpea y trabaja, que es fuerza bruta y nada más? Ésta es la única vida que conocen, así que desea salvarlas de la vida y ya está.