Oscar Wilde solía llamar experiencia al cúmulo de errores que cada cual comete a lo largo de su vida. Desde esta experiencia, pero también desde la alegría y el cariño hacia los suyos, al cumplir los ochenta años Jessie Lee Brown decidió que había llegado el momento de contar a nietos y bisnietos la verdadera historia de sus días, desde una infancia feliz en Misuri y Kansas hasta los momentos duros de la guerra y los años de la Gran Depresión, cuando la mujer se vio obligada a divorciarse de un marido alcohólico y supo que desde entonces tendría que criar ella sola los ocho hijos nacidos del matrimonio. Así nació Un día cualquiera, el diario de una mujer como hay tantas, heroínas anónimas que cada día cometen la proeza de andar el camino con dignidad, sacando fuerza de flaquezas y sin olvidar nunca que el buen humor es un ingrediente fundamental para codearse con la vida. Redactado en forma de carta que Jessie Lee Brown dirige a su gran familia, Un día cualquiera es un gesto de amor de una abuela preocupada porque sus nietos no cometan sus mismos errores y es a la vez el documento lúdico de la historia cotidiana de una mujer que nació con nuestro siglo y ha sobrevivido para contarlo.
