501 | $aA lo largo de la historia las mujeres hemos padecido el invento de la `identidad de género`, ese constructivismo esencialista que ha solidificado la desigualdad estructural entre los sexos. La «identidad de género» ahora es un neolenguaje que tiene por objeto prescribir qué, quién, cómo, cuándo y dónde alguien es `mujer`. Su retórica se multiplica con prefijos como `cismujeres` o giros del lenguaje como `portadoras gestantes` o `seres menstruantes` para evitar el uso de la palabra correcta, `mujeres`. La heterodesignación no quiere rendirse y se esconde en la transdesignación. La ginofobia, el machismo extremo y la minusvaloración de las mujeres asoman disfrazados de queer. La moneda está otra vez en el aire: o feminismo o distopía patriarcal. |