Julia Álvarez Resano fue una de las más brillantes agitadoras políticas de la Segunda República. Popularmente conocida como la Julia, por su capacidad oratoria para enardecer a amplios auditorios pudo haber alcanzado las proporciones legendarias de Dolores Ibárruri con la que compartía micrófonos; pero la inquina que le tenían las derechas y el haber caído en desgracia en su propio partido, el socialista, la convirtieron una vez perdida la guerra civil en una figura proscrita y olvidada.