Con su análisis, y una constatación con ejemplos de la prensa diaria, Aguas Vivas Catalá y Enriqueta García nos descubren cómo el problema no es tanto la ocultación de la mujer como las formas de emerger en los discursos. Más que en la ausencia, la ideología sexista se pone de manifiesto en las formas de la presencia. Los fenómenos lingüísticos sexistas no se pueden observar en el plano de sistema, en unidades asiladas de un contexto: son fenómenos discursivos.