A lo largo de toda una historia de padecer discriminación social, las mujeres han desarrollado estrategias diversas de supervivencia y auto-afirmación. Éstas se bifurcan en dos grandes campos: las reivindicaciones implícitas, más actuadas que declaradas, propias de la sociedad tradicional; y las reivindicaciones explicitas, desarrolladas alrededor de la organización feminista.