501 | $aDesde siempre, la civilización y la cultura han fijado una faceta pasajera y parcial de la mujer: el amor, la maternidad, la ternura. En el pasado, el hombre no podía contener un gesto de sorpresa si lo atravesaba la espada empuñada por una mujer; hoy ocurre lo mismo cuando lo derriba la bala de un soldado del sexo supuestamente débil. En la división por sexos establecida, era evidente que el gobierno y la guerra correspondían a los hombres... salvo cuando no había dirigentes políticos y jefes militares mejores que la mujer del momento, ya fuera Juana de Arco, Isabel de Castilla o Catalina la Grande, y en nuestro dáis Indira Gnadhi, Golda Meir o Margaret Thatcher. En cada contexto histórico una mujer fue entre todos la mejor y ningún hombre se atrvió a dosputarle el lugar. Desde tiempos remotos la mujer supo elevarse a la condición humana integral, del mismo modo que los grandes varones de la historia no son simples expresiones del sexo masculino sino seres humanos integrales. |