La reflexión realizada hasta el presente acerca del curriculum oculto ha venido negando la posibilidad de que las instituciones escolares pudieran realmente influir en la mejora de las condiciones sociales, culturales y económicas de la comunidad y, por consiguiente, de los ciudadanos y ciudadanas que pasan en ellas gran parte de su tiempo.
No obstante, en estos momentos la investigación etnográfica y los marcos teóricos más adecuados nos permiten ver con mayor claridad lo que realmente sucede en el interior de los centros escolares. Esto nos facilita el reinterpretar cuanto allí acontece y subrayar las posibilidades de desarrollar prácticas educativas emancipadoras, comprometidas con la defensa de una sociedad más solidaria y democrática.