As reflexiones que Luce Irigaray, una de las voces más respetadas del feminismo europeo, desarrolla a lo largo de este trabajo no limitan su objetivo a una simple critica o denuncia. Por el contrario, tratan de interpretar la organización social en función de su orden, desorden, sexual. Apuntan también algunos instrumentos concretos de análisis de esa dimensión y muestran, a través de ejemplos tomados de varios sectores importantes del conocimiento actual, que la justicia social no es posible sin un cambio cultural del que apenas sabemos nada.