Mucho antes de convertirse en princesa, Grace ya era una leyenda, una estrella de cine cuya distinción y porte aristocrático ocultaban una profunda sensualidad.
Grace, el icono, y Grace, la mujer, eran sin embargo criaturas diferentes. Con la presente obra, publicada en EE.UU. a finales de 1994, Robert Lacey, ha conseguido desenterrar los secretos ocultos bajo la serena superficie de esta mujer y mostrar el primer retrato objetivo de una actriz compleja, profundamente contradictoria, esposa y madre que luchó por hacer sus sueños realidad.